lunes, 30 de mayo de 2011

LA ESCUELITA NO ALCANZA... el contexto funda aprendizajes


Las sociedades y las culturas viven procesos de formación que incluyen saberes más allá de lo “disciplinar” o lo reglamentado, saberes que nos permiten ser artífices de nuestra vida individual y colectiva.

Saberes, simplemente saberes, sin apellidos distinguidos por los cánones académicos pero fundamentales para ser socialmente útiles y culturalmente incluidos. Saberes a veces indómitos a los procedimientos validados, que ocurren en tantas ocasiones sin la custodia de la autoridad interna o externa, saberes que disuelven en el rincón de lo inútil o que se agazapan y medran hasta la oportunidad o la ocasión en que se revelan como indispensables. Saberes que podrían ser afectados por una mirada atenta a como discurren y que podrían ayudarnos a canalizar esfuerzos y nos ayuden a afectar esas fuerzas anímicas que desembocan en la violencia o en la desagregación social. Que en nuestra ciudad el mayor número de muertes sea por asesinato y que la mayoría de estos ocurran por cuestiones domésticas es ya sintomático de la urgencia de la intervención en esos procesos “no formales” de aprendizaje colectivo.

En este contexto asumir las prácticas educativas reducidas a labores escolares limita el horizonte de acción y de incidencia de cualquier actor que pretenda afectar nuestra cultura o nuestra sociedad. Esta reducción se agrava cuando circunscribimos nuestro “Sistema Educativo” a lo escolar.

Sistema educativo hay y opera sin que todos sus componentes sean identificables en forma institucional. La sospecha de que esos componentes no identificables del sistema alimentan la persistencia de nuestros más caros conflictos motiva a ocuparse de ello, y cuando se vuelve convicción impone la necesidad de atender eso que ocurre en lo cotidiano, intervenir en esa maraña de intenciones, discursos, decisiones y deseos que nos configuran y en tantas ocasiones nos desgarran como comunidad.

Considerar que nuestro “sistema educativo” se debe ocupar casi exclusivamente de asuntos escolares, es un síntoma de modelos mentales más que de experiencias vividas. Nuestra sociedad y nuestra cultura se ocupan de lo educativo en las más variadas formas y matices, desde lo académico hasta lo cotidiano pasando por procesos comunicativos y de gestión pública; desde la oficina de “extensión” hasta la “comisión de educación” pasando por los “cursos de actualización” o “campañas”. Esta intervención colectiva tal vez no sea coordinada y menos aún racional, pero lo cierto es que en cuanto sistema está lejos de limitarse a las instancias oficiales denominadas “educativas” sean estas ministerios, oficinas, secretarías, comisiones o instituciones.

Eso parece estar cambiando en lo local. Casos como el de Medellín y Bogotá son ejemplarizantes de las potencialidades que tiene un proceso educativo no circunscrito al ámbito escolar, incluso son ejemplarizantes de cómo el ámbito escolar se ve positivamente afectado con ambientes culturales y sociales favorables al aprendizaje. Donde primero se nota cambio favorable a los fines de la educación en estos contextos culturales y sociales favorables al aprendizaje es sobre todo en un tema que se considera hoy estratégico para la conformación de comunidades: la formación en valores. Las experiencias exitosas de Medellín y Bogotá y los cambios que cada una vivió en la construcción de ciudad, nos demuestran que tal vez hoy uno de los mayores retos contemporáneos que tenemos que afrontar es crear condiciones de relacionamiento y vivencia simbólica que nos conformen en cuanto colectividades.

Imagen tomada de: http://www.efectividad.net/imagenes/descubre/articulos/comunidad.jpeg

martes, 24 de mayo de 2011

FLEXIONES; two

Salir de “occidente” es posible e imposible, pero en todo caso necesario: potenciar el “occidente” que copió la tecnología pero se quedó atrapado en una mitología monoteísta construida en el desierto. ¿Qué nos impide preguntar a los dioses que ayudaron a construir con su experiencia el ser humano, el astrolabio y la astronomía, el cero y el Gnomon, la pólvora y la imprenta, el alfabeto y el álgebra, la papa, el maíz, el fríjol y el tomate, el bronce y la pirita? ¿Por qué no seguirlos para aprender de ellos y construir con ellos?

Las academias parecen prohibirlo: abren el pensamiento en Aristóteles y lo cierran en Kant y la ciencia clásica, sin sentir cómo les respira en la nuca Zoroastro y cómo muestran nuevos caminos otros pensamientos, otras físicas (caos y fluidos), otras experiencias.

Si continuamos nuestro camino completaremos la vuelta del planeta, el eterno retorno en la esfera en que vivimos, como el ser vivo que viene de la nada y parte hacia la nada. “El tren que llega es el mismo tren de la ida”, canta Milton Nacimiento. Solo que esta vez, como nos lo anuncia el poeta griego Kavafis, más sabios.

Volver a “occidente”, para volver a partir, superando en definitiva una nomenclatura que no parece funcionar de veras en un mundo redondo: ¿”Occidente”? ¿”Oriente”? Tal vez astronómicamente sobreviva el Norte y el Sur, por aquello de la nutación, la precesión y el magnetismo, los osos polares, los pinguinos y los Inuit , pero también históricamente por aquello de las desigualdades y las exclusiones que persisten.

Foto tomada de: http://cdn.alt1040.com/files/2008/01/escher_photo.jpg

FLEXIONES; one

Con la plena modernidad europea lo extraño se vuelve reto, reto que debe ser dominado por la razón y muy de cerca por la tecnología, hasta el punto de la muerte de dios en el siglo XVIII.
La física y la matemática, pioneras del rompimiento con lo religioso, hurgan en las entrañas del cosmos y descubren, finalizando el siglo IXX y empezando el XX, los últimos bastiones del secreto de los dioses quedando perplejas o por lo menos despistadas con los infinitos que se abren a cada paso hacia los cielos, hacia los átomos, hacia psiquis y hacia el logos mismo. Por ese abismo irán despeñándose todas y cada una de las ciencias en su formato clásico y tras ellas las tecnologías construidas a su amparo, que comienzan a oler feo apenas en los años 60’s del siglo XX con el reconocimiento de la crisis de los “recursos naturales”.
En este escenario el modelo “occidental”, con su máxima representante la ciencia clásica, queda no solo comprometido como mito, sino que pierde uno de sus valores más preciados: la eficacia universalizante. Los sucesos ya no pueden ser pronunciados sin circunscripciones, en tanto los postulados de imposibilidad limitan la capacidad descriptiva y predictiva de todo discurso, tanto de los cielos como de la tierra. Estamos ante otro tipo de modelización, “que no tiene por ambición juzgar un fenómeno, sino encontrar el tipo de razonamiento pertinente para una serie de observaciones que lo caracteriza”[1]. Y eso esta ocurriendo en la entrañas del mismo “occidente”, pues son pronunciamientos de sus mismos nativos.


[1] Pp. 17 PRIGOGINE, Ilya y STENGERS, Isabelle. La nueva Alianza; Metamorfosis de la ciencia. Trad. María Cristina Martín Sanz. (1ª Ed. FR, 1979). Madrid, Alianza Universidad, 1994.

Foto: Para-noche; Autor: DAVID MORENO GALEANO, http://www.flickr.com/photos/kosmoskaikalos/5663156703/

lunes, 23 de mayo de 2011

EL REGALO


La niña llegó al lado del acantilado donde las olas rompían con furor. Frente al acantilado soltó algunas lágrimas pues se sentía ignorante ante muchas de las cosas que le sucedían. En particular le preocupaba tener sueños de catástrofes en los que todo el mundo estaba preparado y solo ella parecía no darse cuenta. Se preguntaba si acaso alguien podía ayudarla.

Al caer la primera lágrima en el mar agitado, estas formaron un diminuto remolino que liberó un genio atrapado entre dos cristales que formaban las olas contra la roca. Como flotando sobre las aguas el genio se le presentó y le dijo: “Querida princesa, en premio por haberme liberado, te puedo conceder un deseo y solo uno”, advirtiéndole que fuera muy cuidadosa en escoger, porque a diferencia de los cuentos de las mil y una noches, que narran hechos ocurridos hace milenios en las tierras de Aladín, ahora ellos, los genios, habían aprendido las artes argumentativas de los modernos. Eran mucho más meticulosos y traviesos en el cumplimiento de estos mandatos. Ella… más reposada, aunque insegura ante semejante genio tan parlanchin, le dijo que no era princesa, sino solo una niña.

En un largo silencio repasó en su corazón y ante las imposibilidades que le presentó el genio, no encontró más que pedir por favor que le enseñara a amarse. El genio quedó sorprendido de pedido tan sabio. Le comentó que la última vez que había oído un pedido de tal nivel fue a un viejito argentino cuentero de infinitos –muy querido por las musas y los genios-, al que se le había concedido serenidad, “nos regaló muchos cuentos que hoy saboreamos como manjares exquisitos cada que vez que tienen reunión de cuenteros”, le dijo.

La niña muy sorprendida, comenzaba a sentir mucho miedo pues el genio no desaparecía y le parecía que por momentos se transformaba en un peligroso dragón de fuego. Pero también con mucha alegría porque iba a cumplirle su deseo. Pues si de algo estaba segura era que los genios estaban obligados a cumplirlos después de haberlos ofrecido. El genio iba a emprender otra perorata, cuando ella le dijo que por favor le diera su regalo pues ella no dejaba de estar asustada ante su presencia.

El genio sacudió la cabeza como quitándose serpentinas y le pidió que se alejara de allí, para poder entregarle lo que pedía, pues en casos de tanta trascendencia la agitación del conjuro podía ponerla en peligro al borde del acantilado. “Te he de advertir que estos deseos, a diferencia de antes, solo se cumplen con el tiempo y con mucha paciencia, lo que pasa es que parece que no da muy buenos resultados entregarlos de una vez porque muchos se han quedado paralizados ante cambios tan bruscos en sus vidas”. La niña se dio vuelta y vio su casa. Caminó hasta ella y se recostó mirando el cielo. Le parecía que las nubes flotaban sin rumbo. Soltó algunas lágrimas, aún asustada por tan extraña aparición.

Cuando volvió a ver hacia el cielo…de sus párpados brotaban pececitos de colores que subieron flotando hasta confundirse con las nubes. Ella en un gesto de sorpresa al ver otra vez al genio, rompió los peces en dos mitades y entonces el genio volvió a pegar los pececitos confundiendo los colores. Algunos pececitos buscaban aún su otra mitad pero otros se sentían a gusto con el cambio. El genio seguía allí, así que ella dejó caer los peces insistiendo que por favor se fuera.

La niña cerró los ojos y se acurrucó en posición fetal, “vete, vete –le decía- solo quiero mi regalo y nada más”. En ese momento llegó su madre y le preguntó que porque estaba ovillada así en el suelo. La niña asustada pero más tranquila le contó que acababa de tener un sueño extraño, pero que ya había pasado.

La madre entró en casa y le dijo que la esperaba.

El genio había desaparecido.

Solo quedaban los peces de colores, danzando por siempre en un cielo que ella veía solo cuando todo estaba en silencio.

De JERV para I. la niña que inspiró este cuento.

Imagen tomada de:http://sombregothique.blogspot.com/2011/02/la-sombra-gotica.html

lunes, 16 de mayo de 2011

¿Y cómo estamos de metabolismo?: otros mundos

Si creemos tan ingenuamente en las ideas es porque olvidamos que han sido concebidas por mamíferos

E.M. Cioran

Lynn Margulis nos cuenta que tenemos, en nuestro planeta, por lo menos 20 metabolismos disponibles(1). Metabolismos, es decir por lo menos 20 formas diferentes de transformación de los elementos a partir de organismos vivos. De esos 20 solo dos (clorofila y oxidación) han producido organismos macrocelulares.

¿Qué nos impide pensar que los otros 18 metabolismos puedan producir asociaciones permanentes macrobióticas que habiten o lleguen a habitar este y otros mundos?

Estamos ligados a nuestra evolución, por dentro y por fuera. ¿Quién nos garantiza que la estrategia “correcta” para sobrevivir es la mamífera? Nuestra mejor posibilidad está en nuestro cuerpo en tanto la capacidad de las hembras para retener en su cuerpo la cría. Creemos ser los dioses de nuestro mundo… éramos despreciables carroñeros y por un golpe de meteoro salimos favorecidos como línea evolutiva mamífera.

¿quién nos garantiza que ésta es la estrategia “correcta” ante los desafíos por venir? ¿qué desafíos nos depara el cosmos?

¿Habrá vida sin agua? ¿Sin base en carbono? Preguntas improductivas porque no nos concentran en una situación actual, ni siquiera de mediano plazo cósmico. Dejemos eso a los exploradores de tinieblas. A ver como lo tanteamos. Nuestro futuro próximo está en la veintena de formas metabólicas. Nuestro futuro inmediato podría está en reconocer que somos una de las 20 formas metabólicas. Nuestra tarea actual: sobrevivir para alcanzar ese futuro inmediato. Para no subdividir más este asunto hasta reconocer que esta tarde tenemos una tarea para presentar mañana: necesitamos reconciliarnos con la clorofila y la oxidación misma.

Los dinosaurios de grandes dimensiones perecieron. Por más feroces o pacíficos que fueran. Su linaje se cortó. Sus herederos sufrimos la nueva situación.

(1) MARGULIS, Lynn y SAGAN Dorion. “Qué es la vida”. Traducción Ambrosio García. Tusquets, Barcelona, 1996. 207 pp

lunes, 9 de mayo de 2011

DIGNIDAD Y ORGULLO

- Es que ofende que alguien piense más que uno, dijo Docto

­- A los orgullosos, replicó CuraKa

­- ¿y es que vos no te ofendés por nada?

­- Gané mi vida el día que perdí el orgullo

­ - ¿o sea que vos no tenes dignidad?

CuraKa suspiró, como queriendo retenerlo pero se le soltó

- Si confundís dignidad con orgullo tu problema no es anímico sino semántico.

Ambas pestañearon y luego soltaron la carcajada.

martes, 3 de mayo de 2011

CÓDIGO DE BARRAS IIIIIIIIIIIIIIII 2353-42 12


CuraKa se esfuerza por evitar los errores, los lapsus, las meditaciones profundas e intenta borrar cualquier sentido ajeno a la imagen de su itinerario. Sabe que allí es donde se puede descubrir lo que lleva oculto. La clave para acceder.

Escuchado el relato, Custodio le señala a CuraKa que está detenido por perturbar la paz y que realmente esa clave que no pude ocultar corresponde al código de barras de talcos Johnson que venden en supermercados la 14. Debe devolverse, agrega.

CuraKa despierta sobresaltado y camina cabizbajo pateando algunas piedras mientras se pregunta ¿cómo pudieron darse cuenta? El juego era entrar el código y recitarlo en medio del sueño, así sabría que estaba activa su conciencia. Repasando su historia le pareció que había tenido una imagen nítida, tal y como le habían dicho que hiciera, y la había descrito, con lujo de detalles. Cuando repasó sus palabras y las cotejó con la imagen se dió cuenta que su relato dejaba de mencionar: las dos gallinas, los tres árboles, los cinco niños que lo vieron pasar, el portal lila con número 3-42, la vaca y los dos halcones. Al juntar los números se dio cuenta de su error.