domingo, 19 de junio de 2011

HABLANDO DE SANTOS Y ESAS COSAS; el Padre Giraldo, por ejemplo.

Estos testimonios raros, escasos, singulares si se quiere, son mi parte vulnerable y conciliatoria frente al cristianismo. Este sí que lo considero un cristiano de pura sepa... imagino que alguna creerá que exagero, y entonces a ese personaje imaginario sin nombre le contesto: en otra época esta persona sería investida de santidad... exagerada e ingenua que es una, me riposta irónicamente el ser imaginario. Me siento tentada a ponerle nombre…

Me instalo en dicha fantasía y corro el riesgo de delirio al considerar que la distancia con la palabra "santo" es tanta como se considere y de tal tamaño será mi exageración y mi ingenuidad. Ahora bien, acercarse a la palabra, hacerla mundana un poco, cotidiana si le parece, es una manera de conjurarla de irrealidad, de imposibilidad paradigmática... el ser imaginario guarda silencio.

Aprovecho… Y entonces digo en pleno sentimiento: esa persona es un ejemplo de vida, de ser humano, de compasión. De decisión de entrega a la causa de lo colectivo. El ser imaginario se retira con una sonrisa pecaminosa, mientras murmura… “eso es un santo”.

Sí, precisamente eso es un santo, me digo, no tanto por la alabanza y la estampita, que ya sería Santo, sino por el ejemplo, por el modelo de persona que podemos cada uno llegar a ser. Deseable quiero decir.

Foto tomada de: http://ccarturoalape1.wordpress.com/2010/10/07/el-padre-javier-giraldouna-dignidad-nacional/

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