jueves, 2 de junio de 2011

"Ponga atención..." dice el tropel; obedezco pero no me mande, digo















"¿Dónde está la izquierda? Al fondo, de la derecha"
Movimiento M-15
Plaza Sol-ución en Barcelona
http://www.aprendelo.com/noticias/movimiento-m-15-ni-nis-piden-formacion-empleo-457230.html

Los movimientos de la política tienen muchos bemoles. Al suprimir estos matices, al encerrarse en una estrategia, la forma natural que adopta la organización es el Partido, con sus eficiencias y jerarquías, con sus aberraciones y sus potencias.

Así que cuando se pierde el afán de "centralizar compañero", la confluencia de diversas iniciativas abren el espectro de la atención. Algunas ganan más sintonía que otras, muchas quedan como esfuerzos personales, algunas pocas encuentran eco.

Cuando una de estas iniciativas reclama para si toda la atención -el tropel por ejemplo- las otras dinámicas giran su sentido -cuando se arreglan las citas en otro espacio-, se abstienen -evacuación-, se involucran -como espectadores o partícipes-, se resisten -la parada de los llamados movimiento blanco-. En el caso concreto del tropel univalluno las estadísticas espontáneas muestran que la gran mayoría se abstiene, que muchas iniciativas académicas se reubican -incluso con antelación- o reprograman -con los consabidos costos-; que unos pocos se involucran y que si al caso 10 o 15 personas se resisten activamente -ingenuamente dicen algunos-.

"Ponga atención", es un llamado que hace rato dejó de ser un imperativo de la autoridad siquiera hogareña, la escuela no lo usa como orden pues sus esfuerzos están dirigidos a la seducción. Los medios masivos hacen otro tanto con sus estudiados diseños. Obligar la atención queda como un testimonio histórico de una situación, mientras la situación sigue su curso.

En un contexto así, focalizar la atención del colectivo de manera continuada, hasta el punto que esta atención se exprese en una acción trascendente -digamos, la Constitución de 1991 por ejemplo-, es un proceso sutil, lento, irregular y hasta caótico al principio, pero con la deriva de los acontecimientos va encarnando una fuerza que dispone órdenes, señala focos, dicta sentencias y propone horizontes impredecibles.

Y en un camino así, sin garantías de alcanzar algún propósito, la paciencia y la persistencia son las baluartes de quien lo recorre. Cuesta ser ciudadano decía José Saramago. Cuesta dejar la comodidad de lo cotidiano para hacer parte de lo que intenta un cambio.

Ahí están las gentes en las plazas de Barcelona y Madrid. Intentándolo. Decididas a no ser mercancías del mercado laboral.


Imagen tomada de:
http://jjsj.blogspot.com/2009/01/cuando-los-nios-vuelven-al-cole-yo.html

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