
- Es que ofende que alguien piense más que uno, dijo Docto
- A los orgullosos, replicó CuraKa
- ¿y es que vos no te ofendés por nada?
- Gané mi vida el día que perdí el orgullo
- ¿o sea que vos no tenes dignidad?
CuraKa suspiró, como queriendo retenerlo pero se le soltó
- Si confundís dignidad con orgullo tu problema no es anímico sino semántico.
Ambas pestañearon y luego soltaron la carcajada.
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